Tal como lo adelantáramos la semana anterior, este miércoles comenzará la primera audiencia del juicio oral y público contra el ex intendente Fernando Geronés, el ex secretario de Hacienda, Carlos Coloma; el ex secretario de Obras Pública, Juan Carlos Clérico, la ex asesora letrada, Ruth Kuster; el ex jefe de compra, Alejandro Abelenda; y supuestos empresarios que facturaron a la comuna cifras millonarias por la ejecución de servicios públicos de dudosa realización.
Será la primera vez que un jefe comunal deba dar cuantas en un juicio oral de acusaciones por hechos de corrupción, en una causa que conmocionó en su momento a la opinión pública.
La denuncia fue realizada en febrero de 2002 por el entonces concejal Rubén Vicente, con el patrocinio del doctor Juan Carlos Feustel; y tenía como fin demostrar que el gobierno municipal de entonces había creado –a través de amigos y personas indigentes- empresas cuyo único fin era venderles a la comuna servicios que habitualmente la Municipalidad lleva adelante con sus propios empleados y maquinaria. (ver En Quilmes los fantasmas se hicieron millonarios)
Este miércoles el Tribunal Oral N° 4 integrado por los jueces Andrea Vanina Calaza, Alberto Elio Ojeda y Mario Daniel Caputo, darán comienzo a la primera audiencia, donde el fiscal Claudio Pelayo y el doctor Feustel realizarán sus acusaciones y los defensores de los procesados, sus respectivas defensas.
Se prevé que los letrados de los procesados –que se encuentran en libertad bajo fianza- insistan en pedir la prescripción de la causa, que ya fuera denegada en varias oportunidades por el Tribunal, la Cámara de Apelaciones y la Cámara de Casación; con el objetivo de impedir la realización del juicio; o pidiendo la suspensión del mismo.
Luego de este trámite de rigor, se pasará a un cuarto intermedio –seguramente para el 11 de octubre- donde serán llamados a brindar declaración testimonial un auditor del Tribunal de Cuentas, Rubén Gulla; la ex contadora municipal,Angela Arata; la tesorera municipal, Olga Naranjo; y el denunciante, Ruben Vicente.
En otras audiencias declararán peritos oficiales que comprobaron las maniobras delictivas denunciadas y testigos que aportarán sus conocimientos y elementos de prueba sobre los hechos investigados.
“No pudo hacerse sin complicidad”
Este martes el abogado querellante, Juan Carlos Fuestel; dialogó con el programa “SIN VUELTAS” (FM Plus 96,1) sobre las alternativas del juicio que se viene
“Después de 14 años de duro batallar, logramos el objetivo de poner en el banquillo de los acusados y tener un debate oral y público para estas personas a quienes se acusa de haber cometido varios delitos en el ejercicio de la función pública” –señaló el latrado
Feustel reseñó los argumentos de la acusación “Básicamente son estafas a la administración pública. Veinticinco hechos concursados entre si, lo que lo hace una maniobra de las más importantes en la historia de Quilmes.
Esta gente contrataba empresas fantasmas con el objetivo de llevar adelante tareas de obras y servicios públicos -que a la postre no existía y que era de amigos de funcionarios.
Asimismo arreglaban los llamados para evitar llamar a licitaciones públicas que es lo que dice la ley. Estos llamados estaban fraguados y se presentaban siempre las mismas empresas, convocadas por los funcionarios que hoy están procesados”
Sobre el modus operandi de la maniobra, el abogado querellante indicó “La operatoria era burda. Era traer gente que no tenía posibilidades de constituir nada, a quien se le pagaban sumas irrisorias para que prestara su nombre. Vivían en zonas pobres del distrito, barrios que se inundaban. No tenían el más mínimo antecedente, como lo reconoció uno de los imputados; quien dijo haber participado de la maniobra para ganarse unos mangos”.
Feustel respondió también a la defensa mediática ejercida por los funcionarios acusados, que dicen haber sido engañados por los empresarios “Este montaje de empresas nunca pudo haberse hecho sin la complicidad de los funcionarios. Todo lleva la firma de los funcionarios, todo estaba sujeto a la revisión de los funcionarios. Es imposible creer que no supieran que estaba ocurriendo y que firmaran alegremente sin saber lo que firmaban. Con ese criterio firmaban un cheque o un pagare en blanco. No me parece una buena estrategia de defensa esa.
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