Desde que comenzaron a instalarse las cámaras de seguridad en Quilmes han sido motivo de polémica y sospechas de corrupción.
El distrito es el que menos dispositivo tiene en todo el conurbano y encima las pocas que hay, son de poco valor preventivo.
El propio intendente Francisco “Ali Barba” Gutiérrez; ha reconocido que en 6 años, apenas se instalaron 50 cámaras; y el año pasado un escribano corroboró en el Centro de Monitoreo, que el 25 por ciento de las instaladas no funcionan.
A finales del 2013 –cuando se inició la llamada remodelación de Rivadavia- las cámaras allí instaladas, similares a las de porteros eléctricos- fueron retiradas. Recién hace un mes volvieron a poner cámaras, pero de menor efectividad que las existentes y que encima, son fijas; con lo cual no pueden observarse situaciones o hechos que ocurran a 5 metros de distancia por las calles laterales.
El vecino Miguel Bolaños, realizó un estudio de muchas de las cámaras instaladas en Quilmes, demostrando que en realidad; es poco lo que puede verse por las mismas debido a su mala instalación.
Allí puede comprobarse que 31 de estas cámaras –Bolaños aclara que no relevó todas- no enfocan la totalidad del espacio que supuestamente debería controlarse. Por ejemplo los “domos” ubicados en Avenida La Plata y Rodolfo López y en República del Líbano; ambas alejadas unos 15 metros de las esquinas. O la de Lamadrid y Martín Rodríguez, con muy poca visión sobre esta última.
En nuestra imagen mostramos una de las cámaras de seguridad de Rivadavia (la ubicada en Moreno). Como puede observarse, la cámara es fija y su inclinación sólo permite detectar lo que ocurre a no más de 20 metros de distancia; aunque es mucho menos; porque se trata de artefactos creados para monitorear superficies pequeñas. Algo así como 10 metros desde el lente, tal como lo reconocen los fabricantes.
Son las mismas cámaras que se encuentran en supermercados, playas de estacionamiento, u otros espacios de ese tipo donde se requiere una observación de movimientos.
Las cámaras para monitoreo de ciudades necesitan un zoom de alto alcance, capaces de detectar el rostro de una persona o la patente de un auto en toda la distancia que cubre
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