martes, 18 de diciembre de 2018

ATE denuncia, pero esconde sus “delitos”

Esta semana el secretario general de ATE, Claudio Arevalo; realizó una denuncia penal contra la médica Sandra Mariana Romero Caicedo; que prestaba tareas en el UPA N° 17 de Bernal Oeste por carecer de la matrícula argentina para ejercer la medicina.
Pero mientras tanto, el propio gremio de Arevalo hace atender a sus afiliados por Sabrina Segovia, de quien se ignora si en realidad es psicóloga y no cuenta con la matrícula expedida por el Colegio de Psicólogos de la provincia de Buenos Aires, tal como se puede verificar en la página oficial de dicha institución http://www.colpsibhi.org.ar/matriculados. o personal mente en la sede del Colegio, Hto Primo 146 – Of. 1 y 2; como consultó este medio.
En el caso de la doctora  Romero el propio gremio denunciante reconoce que es médica, objeta la falta de matrícula; un trámite que en el caso de un extranjero puede llevar varios años.
El texto de la denuncia pública de Arevalo y su banda, hasta contiene elementos xenófobos. Algo subliminal como “le dan trabajo a los extranjeros en lugar de darselo a los argentinos”.
En los últimos dos años han llegado a nuestro país cientos de médicos venezolanos huyendo del régimen genocida de Nicolás Maduro, al que la gente del sector de ATE que Arévalo adhiere, se ha brindado varias veces su solidaridad y su defensa.
La gran mayoría de ellos trabaja de lavacopas o en empresas de delivery, esperando que los trámites consulares le permitan revalidar sus títulos en la Argentina.
El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales; dicto normas provinciales y realizó gestiones nacionales e internacionales que acortaron en menos de un año las acreditaciones. Hoy Jujuy tiene médicos venezolanos  en pueblos alejados de las principales ciudades; donde los galenos argentinos no querían ir.
Lo mismo debería hacer Buenos Aires para que médicas como la ahora denunciada pudiese trabajar con su sello y su número de matrícula en instituciones públicas de la provincia.
Pero hipócritamente Arevalo y sus compinches avalan y promocionan a una supuesta psicóloga que –como Romero- tampoco tiene matrícula para ejercer.
Según nos informó la empleada administrativa del Colegio de Psicólogos de Quilmes, Sabrina Segovia no está autorizada legalmente para atender pacientes. “Solo podría trabajar en empresas privadas o en educación. A veces hay empresas que toman psicólogos para el área de recursos humanos; pero no para atender pacientes”.
Como un psicólogo no receta; Sabrina Segovia no necesita pedirle el sello a ningún profesional matriculado; como lo hacía Romero en el UPA de Bernal; pero bien podría gastarse los 2.600 pesos que cuesta la matrícula y ejercer como marca la ley.
¿O será que Arevalo la “negrea” por no tener matrícula?

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