Los vecinos de un barrio de Quilmes Oeste, viven una situación insólita: Están impedidos de circular por la zona debido a la actitud de uno de ellos, quien decidió por su cuenta cerrar dos calles para reclamar que le asfalten la cuadra donde vive.
Hace más de dos semanas que las calles Lisandro de la Torre y Madame Curie entre Madres de Plaza Mayo y Ayolas se encuentran cortadas por montículos de ramas y basura, imposibilitando el paso de los autos particulares, camiones recolectores, los patrulleros que recorren el lugar y –eventualmente- ambulancias o bomberos.
Es que este vecino -al que señalan como enfermo mental- cerró por completo las aceras reclamando que pavimenten Lisandro de la Torre entre Madres de Plaza Mayo y Ayolas donde habita.
La otra calle –Madame Curie- posee desde hace unos años un asfalto de bitumen en buenas condiciones; pero el vecino la cortó igual, pidiendo pavimentos de hormigón.
Se trata de las únicas dos calles del barrio denominado Amancay (Amoedo, Acha, Marconi y Triunvirato) que carecen de pavimento. Es que hace 20 años atrás cuando los vecinos decidieron llevar adelante las mejoras de infraestructura, en esa dos cuadras no lograron contar con la adhesión necesaria.
Ahora este vecino se le ocurrió impedir el paso reclamando que el Municipio afronte los gastos que implica el pavimento.
Hubo denuncias en la delegación municipal de Quilmes Oeste, que envió máquinas y camiones para retirar los montículos. Los trabajadores debieron enfrentar los ataques y las agresiones del vecino quien quiso impedir la limpieza.
Incluso debieron llamar a un móvil policial para poder retirar la basura, los troncos y otros elementos que cerraban el paso.
Pero a los pocos días, el sujeto volvió a las andadas y recolecto nuevamente escombros, basura y otros elementos para interrumpir el paso de los vehículos.
El resto de los vecinos ha tratado de ponerlo en razones, pero sólo logran violentarlo más. En la actualidad deben llevar las bolsas de residuo a las esquinas para que el recolector las recoja, aunque muchas veces esto no ocurre y terminan formando parte de las barricadas.
Por supuesto que todo tiene un límite, y la originalidad de este vecino ha pasado a mayores. El resto cree que las autoridades deben ponerlo en sus casillas, y reclaman al delegado que imponga su autoridad o fuerce a la policía o la justicia con el objetivo de impedir que siga impidiéndole transitar a los demás.
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