El cuestionado boliche SPACE, donde hace unas semanas fuera asesinado Adrián “Chubi” Novillo; organiza los días lunes y martes cenas-show disfrazadas de “eventos privados” donde se permite la permanencia de menores, el consumo de bebidas alcohólicas y hasta juegos de alto contenido sexual.
Los clientes de estos eventos son divisiones de colegios secundarios a quienes se les ofrece una velada de fin de ciclo lectivo.
El precio del cubierto es de 300 pesos y hay que abonarlo con 90 días de anticipación.
A la cena puede ir cualquiera que pague la entrada, vendida por los propios alumnos –generalmente a familiares- pero después de las 12 de la noche, el boliche se libera para los alumnos y eventualmente, sus parejas.
Los padres, abuelos tíos o hermanos mayores deben retirarse, porque aunque no exista una norma escrita o una imposición previa, los propios alumnos no quieren que ese día se los ahogue la fiesta.
La Ordenanza municipal prohíbe la apertura y la realización de espectáculos en estos días de la semana y mucho menos con la presencia de menores y venta de alcohol. SPACE maquilla su violación argumentando que se trata de un simple alquiler de instalaciones, que no vende porque una vez adquirida la entrada, la bebida es gratis como si se tratara de un cumpleaños o una despedida de solteros.
Para esto cuenta con menores promotores, como lo era Adrian Novillo; quienes se encargan de contactar a otros adolescentes y ofrecerles el servicio. La mayoría de las veces por un simple canje de entradas y tragos gratuitos.
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