jueves, 4 de junio de 2015

ASI VAN A QUEDAR LAS CALLES DE QUILMES

El gobierno de Francisco “Ali Barba” Gutiérrez decidió hace unos meses colocar en las principales calles de Quilmes unas tachas plásticas cuya utilidad nunca fue explicada. No se sabe si su función es demarcar o reducir la velocidad; pero la idea del gobierno era mostrar que hacía algo después de años de abandono.
Este y varios medios advertimos  la inutilidad y la peligrosidad de estas tachas, colocadas incluso al lado de enormes baches.
Pero vale la pena repasar la opinión de expertos y lo ocurrido en otros lugares donde el fabricante de estas porquerías, “hizo la America” coimeando como seguramente lo hizo en Quilmes.
La imagen que reproducimos fue publicada por la revista Autoblog, uno de los medios más reconocidos de la Argentina en lo que se refiere a tránsito y automóviles.
Así van a estar las calles de Quilmes el año próximo por esta medida electoralista-negociado de “Ali Barba”. En lugar de tachas vamos a encontrarnos con enormes tornillos capaces de destruir un neumático en la primera pisada.
A continuación algunos párrafos de la nota de Autoblog, que puede leerse enhttp://autoblog.com.ar/2015/06/04/tachas-de-reductores-de-velocidad-a-clavos-miguelito/
“La abrupta aparición de las tachas –que la cultura callejera rebautizó como “Cabezas de Homero”- despertó suspicacias y, en el caso del Partido de San Isidro, motivó un pedido de investigación sobre la contratación del servicio por parte del intendente Gustavo Posse
“Hasta el momento, el Departamento Ejecutivo no ha respondido”, señaló ante la consulta de Autoblog el concejal Manuel Abella Nazar (ConVocación San Isidro).
“Suele pasar que la Municipalidad tarda hasta dos o tres años en responder este tipo de cosas. Hasta la fecha no sabés ni qué estudios hicieron, ni el costo que tuvieron, ni la empresa que los provee. Las tachas deben haber sido adquiridad por compra directa, ya no hubo licitaciones privadas o públicas por su compra”, agregó el edil.
“Desde el punto de vista de evaluación de política pública tampoco contamos con información sobre la efectividad de las mismas, es decir no tenemos estadísticas sobre la incidencia del exceso de velocidad en accidentes de autos, ni una comparación luego de la instalación de las tachas”, concluyó Abella Nazar.
Al parecer, la degradación de las tachas fue más rápida que la respuesta gubernamental. A un año de su colocación, en la mayoría de las esquinas se rompieron o desarmaron, dejando sobre el asfalto la punta de los tornillos que las fijaban.
Se trata de un curioso caso de “clavos miguelito” esparcidos como política de Estado”.

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