A escasos 4 días de la fecha límite para la presentación de listas, el Frente de Todos, la expresión electoral del kirchnerismo; sigue presentando el interrogante sobre quien o quienes podrán competir en las primarias de agosto.
Este lunes el concejal Angel García; anunció que retiraba su candidatura a intendente y apoyaba a la diputada Mayra Mendoza en su pretensión de gobernar Quilmes.
García fue el primer pre candidato del mundo K local y esa postura le valió la pérdida de la presidencia del bloque de Unidad Ciudadana y la ruptura de la bancada.
Pese al alto conocimiento público y las buenas chances que mostraban las encuestas, García decidió retirarse de la contienda, tal vez porque sabía que su lista no iba a ser aceptada por la junta electoral del frente, donde sólo los “bendecidos” tienen posibilidades de competir.
De esta manera Mendoza suma un valioso elemento a sus filas, mientras continúa con su cotidiana tarea de coronarse como candidata sin competir en las PASO.
Desafiando los deseos de la legisladora de La Cámpora, tanto Roberto Gaudio como Matías Festuca y el ex intendente Gutiérrez; se mantienen firmes en sus intenciones de competir.
Gaudio presentó este lunes ante la Junta Electoral del Frente de Todos una nota donde notifica sus intenciones de competir y solicita la asignación de color, número y lema. Al ex concejal quilmeño lo “bendice” la liga de intendentes que tiene a Fernando Gray y Gustavo Menéndez como cabezas del PJ provincial.
Festuca es el ahijado político de Aníbal Fernández, quien dice contar con el aval de la propia Cristina Kirchner para disputar las primarias.
Quien no la tiene fácil –y lo reconoce- es el ex intendente Francisco “Ali Barbá” Gutiérerez, a quien La Cámpora quiere ver fuera de juego, y quien por ahora se consuela con un supuesto guiño del candidato a gobernador, Axel Kicillof, el único con quien pudo sacarse una foto reciente.
Pero la última palabra la tendrá la junta electoral que analizará las presentaciones y dará una respuesta 10 o 12 días después del 22 de junio. Serán ellos –previa consulta con la propia Cristina Kirchner- quienes avalarán o desestimarán las distintas presentaciones y a cuales de ellas se deja dentro o fuera de carrera.
Incluso podrían dejar –como en 2017- que algunos candidatos compitan con “boleta corta”, es decir, separadas de las fórmulas presidenciales y provinciales. Habrá que ver entonces si los pre candidatos locales aceptan esta notoria desigualdad.
En el kirchnerismo provincial esta situación produce más dudas que certezas. En diciembre pasado un importante dirigente del PJ bonaerense citaba ante éste medio el ejemplo de Quilmes en el 2017 como el mejor justificativo para habilitar las internas. “Tuvimos más votos en las PASO que en las generales. Todos los que se quedaron afuera trabajaron en contra” –nos dijo éste dirigente.
Es que un viejo axioma político señala que “todo lo que se puede hacer para ganar, se puede hacer para perder”.
Restará saber si los dueños de las lapiceras y los sellos se arriesgan a repetir el error del 2017 o permiten algún tipo de competencia en el distrito.
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