La Sala II de la Cámara Federal de La Plata le dio un nuevo golpe a la mediática abogada Mónica Frade al hacer lugar a una apelación presentada por la defensa del ex intendente de Quilmes, Sergio Villordo, desplazando a la diputada nacional, Elisa Carrió como “amicus curiae”, en un proceso judicial que investiga al ex jefe comunal por presunto “enriquecimiento ilícito”.
La decisión firmada por los jueces Lemos Arias y Calitri dejan sin efecto la designación de Amicus Curiae de la diputada nacional Elisa Carrió, dejando a salvo la validez de los actos procesales ya cumplidos como allanamientos y otras diligencias.
A partir de ahora ni Carrió ni Frade van a poder solicitar la provisión de pruebas ni intentar direccionar la investigación.
Ya la fiscal que lleva la causa se había negado a aceptar a la dupla Carrió-Frade considerando que se inmiscuía en atribuciones que no le eran propias. Si el juez Santamaría no de hubiese jubilado, hubiese recibido una dura sanción de la Cámara; entre otras cosas por haber aceptado como prueba documentación de dudosa procedencia o notoriamente falsas.
De este modo la dupla Carrió-Frade vuelve a conservar el tristísimo record de mantenerse “invictas al reves”, es decir no haber ganado una sola denuncia desde que querellan juntas.
Cabe señalar que Frade cobra un suculento salario de la Cámara de Diputados de la Nación –unos 100 mil pesos mensuales- por “asesorar” a la legisladora en causas que terminan en el archivo, y cuya sustanciación también significa cientos de miles de pesos que pagamos los argentinos mientras que Carrió nos pide sacrificios sobre nuestros bolsillos.
Ocurrió en la causa contra el ex secretario de Servicios Públicos de Quilmes, a quien le imputaron “Falta a los deberes de funcionario público” porque los neumáticos de los camiones municipales estaban gastados; o cuando inventaron el homicidio de un empleado municipal -a quien quisieron obligar a ser testigo- en una causa contra un dirigente de la UOM.
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