Vecinos de Bernal cercanos a la fábrica RAIMAT expresaron su satisfacción por el veto a la ley que expropiaba dicho establecimiento en favor de una seudo cooperativa de trabajo, orientada desde la Unión Obrera Metalúrgica.
La gobernadora María Eugenia Vidal promulgó el veto a la ley –sancionada por la Legislatura- indicando que la misma “la iniciativa no resulta una solución a los problemas de las empresas dadoras de trabajo en crisis, ni contribuyen a la defensa del trabajo formal, dando lugar en determinadas ocasiones a situaciones de fraude laboral”.
Desde hace décadas los vecinos de la ahora quebrada empresa, vienen reclamando por si cierre.
En la década del 80 la entonces CENA S.A motorizó presentaciones ante organismos provinciales y municipales por parte de los vecinos de las cercanías de Maipú entre Alem y Ameghino del centro bernalense.
Denunciaban los ruidos de la maquinaria durante toda la jornada y especialmente la madrugada, como así también el humo contaminante de la chimenea.
La fábrica se dedicaba a producir tapas metálicas para envases; originando un ruido constante de balancines y la combustión de barnices y pinturas.
Varias veces la OPDS (el organismo provincial encargado del medio ambiente) ordenó su clausura; pero los “aprietes” del gremio conducido por el ex intendente Francisco“Ali Barba” Gutiérrez; impidieron que se concretara el cierre.
Casualmente uno de los gerentes de la empresa es el hermano del ex secretario Legal y Técnico de Gutiérrez; Walter Di Giuseppe; quien actualmente ocupaba la conducción de la cooperativa que casi no produce.
RAIMAT esta tramitando la quiebra en la provincia de San Luis y un grupo inversor realizó una importante oferta en el juzgado interviniente, que se frustró debido a la protección político-gremial de la UOM.
“Estamos felices, no se si sirvieron las notas que enviamos a la gobernadora con el detalle de todos los reclamos que venimos haciendo desde hace más de 20 años; pero finalmente se va a terminar este martirio” –señaló Silvia a éste medio.
La vecina, que continuó el reclamo de sus padres; había enviado también notas a las cámaras provinciales, solicitando audiencias con los legisladores para exponer el problema que los afectaban. “Jamás nos citaron, presentamos expedientes, pedimos audiencias y escribimos mail para nada” –agregó.
Respecto a la situación de los 70 trabajadores, la vecina dijo: “Ojalá consigan trabajo o consigan poder llevar las máquinas a otro lugar y seguir trabajando. Nosotros los entendemos, pero queremos que nos entiendan a nosotros. Pase mi vida escuchando el ruido de montones de martillos…..ahora quiero dormir “
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