Solamente 1 de cada 3 frentistas quilmeños abona puntualmente la tasa SUM –el ex ABL- según la propia información oficial de la Municipalidad de Quilmes.
El dato lo reveló el ex secretario de Hacienda de la gestión, Alejandro Tozzola; que pese a desempeñarse en el área de recolección, es quien maneja las finanzas públicas en las sombras; cuando anunció el sorteo de un automóvil entre los contribuyentes que se encuentren al día con los tributos municipales.
Tozzola confesó que son 60 mil los vecinos en condiciones de participar en el sorteo; es decir que hay 120 mil frentistas en algún tipo de situación de morosidad.
Se trata de la cifra más alta de evasión que registre Quilmes desde el fatídico 2001 y sólo comparable con los años de la hiperinflación (89 al 91); y se viene notando el descenso paulatino en cada análisis de los presupuestos ejecutados desde 2010 en adelante, cuando se aplicó por primera vez la nefasta reforma impositiva que aumentó los tributos en un 350 por ciento en promedio.
Pero no sólo la creciente voracidad fiscal es el motivo de la alta evasión. La falta de servicios públicos es la principal causa, no por casualidad aquellas comunas con gestiones reconocidas por sus vecinos, son las que tienen mayores índices de recaudación propia.
En el Quilmes de Francisco “Ali Barba” Gutiérrez se pagan las tasas más altas de todo el conurbano sur. El presupuesto supera a La Matanza con tres veces más territorio y población; pero la recolección sigue siendo insuficiente, los barrenderos aparecen dos o tres meses antes de las elecciones, al igual que la reparación de las calles.
En este marco los vecinos expresan su protesta desistiendo de pagar por servicios que no tienen.
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