Por tercera vez consecutiva el Concejo Deliberante de Quilmes no sesionó. Salvo 5 concejales de la oposición, el resto prefirió no cumplir con su trabajo y dedicarse a las campañas electorales.
Las dos veces anteriores la excusa fue la irrupción en el recinto de un grupo de manifestantes que pedían la renuncia del secretario de Salud, Sergio Troiano; por haber golpeado ferozmente a su pareja en las dependencias municipales.
Esta vez el grupo no estuvo, pero los concejales –sobre todo los “gutierristas”- faltaron a su deber.
Otro de los que no estuvo fue el candidato del Frente Renovador, Walter Queijeiro; quien hace declaraciones críticas sobre la situación de la ciudad, pero concurre poco y nada al Concejo Deliberante, donde pueden surgir las iniciativas para encontrar soluciones.
Un concejal gana más de 22 mil pesos. Algunos llegan a los 40 mil debido a que la gestión de Francisco“Ali Barba” Gutiérrez, les reconoció una bonificación por antigüedad.
Pese a el excesivo salario, no concurren siquiera el día de sesiones donde se discuten y aprueban los proyectos que deberían presentar y que muy pocos presentan.
Como si Quilmes fuese Suecia, Noruega o Dinamarca; 18 concejales de Quilmes estafaron una vez más a los casi 700 mil vecinos que dicen representar
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