Para cualquier ciudad del mundo los ingresos a su territorio son un motivo de especial cuidado y atención. Son las llamadas “puertas de la ciudad” a la que llegan además de sus habitantes, vecinos de otras ciudades a quien se supone, hay que mostrarle “nuestra mejor cara”.
En el Quilmes de Francisco “Ali Barba” Gutiérrez los ingresos –o las puertas de la ciudad- son tan tétricas como el resto de las calles y paseos. Mugre y desatención por donde se los mire.
A la izquierda observamos el ingreso por el Triángulo de Bernal. Allí han izado un trapo de piso roto en lugar de nuestra bandera nacional. (si, debería ser una bandera) Cualquier argentino, no sólo un quilmeño, se siente avergonzado de ver a su enseña patria en estas condiciones.
A la derecha podemos ver como se encuentra la primera cuadra de Quilmes en el Acceso Sudeste desde Florencio Varela. Un verdadero basural a cielo abierto que suma al espectáculo visual el olor a podrido de los residuos descompuestos.
Eso si....en Quilmes pagamos el doble de tasas que en Berazategui, cuyo ingreso esta alumbrado, con el boulevard pintado y el asfalto en optimas condiciones; y un 50 por ciento más que en Avellaneda, donde además de banderas celestes y blancas, hay servicios eficientes.
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