La tapa de hoy (14/9/12) del diario “PERSPECTIVA SUR” (FOTO) es un nuevo robo del pastor-empresario, Raúl David Caballero; al trabajo de éste
medio.
El 2 de septiembre pasado publicamos un trabajo sobre la
planta de transferencia de residuos domiciliarios ubicada en los terrenos
aledaños a la estación de Quilmes, conocidos como “La Calera ”, hecho que venimos
denunciando desde hace varios meses y que han motivado que el propio secretario
de Medio Ambiente, Claudio Olivares,
haya tenido que intentar aclarar esta situación calificándola como “transitoria”.
Tal como lo ha hecho en otras ocasiones, el millonario
pastor evangélico -enriquecido gracias a la publicidad oficial obtenida por
medios casi chantajezcos- nos vuelve a robar la información.
Hace dos años atrás nuestro medio publicó una exhaustiva investigación
sobre una “empresa fantasma” que
enmascaraba el negocio del Director de Tránsito, Pedro Guevara, alquilándole a la propia comuna servicios de viajes
a particulares por un monto cercano a los 200 mil pesos.
Dos días después “PERSPECTIVA
SUR” nos robó el trabajo y hasta publicó la imagen que ilustraba nuestra
nota.
Este año denunciamos la tala indiscriminada de árboles en la Plaza de las Colectividades
con el objetivo de ampliar el espacio para la feria que un corrupto funcionario
de éste gobierno organiza en su propio beneficio. A la semana siguiente, “PERSPECTIVA SUR” nos volvió a robar el
trabajo.
No estamos hablando de una foto en Google, de información
surgida de organismos oficiales, partidos, dirigentes, vecinos u
organizaciones que difunden comunicados
o gacetillas. Estamos hablando del trabajo y la investigación de un medio y de
los periodistas que lo integran, dueños de la propiedad intelectual de ese
trabajo.
La más elemental norma ética implica citar la fuente. Nuestro
medio siempre lo hace, hasta en las fotos que extraemos de las páginas colegas
cuando por diversas circunstancias, no las pudimos obtener. Pero qué ética
podemos exigirle a Raúl David Caballero.
Decir que es un farsante, un hipócrita, un mentiroso es
poco. Se trata de una persona sin escrúpulos que cobra a los vecinos por
publicar denuncias –como lo corroboramos desde esta misma página. Que utiliza
su medio para obtener favores y negocios particulares, apretando a los
funcionarios y obligándolos a transgredir la ley para no ser víctimas de
campañas en su contra.
Que ética se le puede pedir a quien ni siquiera tiene el
coraje de sostener ante la justicia aquello que publica.
De esto pueden hablar quienes pasaron por su redacción. Trabajadores
a quienes se les pagaban sueldos miserables, en negro. A quienes se les
obligaba a depositar el 10 por ciento de sus magros ingresos para la iglesia
dirigida por el Caballero aún cuando no profesaran esa religión; mientras él y
sus familiares hacen permanente ostentación de sus bienes y riquezas.
No somos las únicas víctimas de estos robos. Varios medios
de Quilmes pueden dar testimonios de situaciones similares. Hace unos días con
un colega comentábamos jocosamente en la radio la posibilidad de enviarle una “Carta Documento” para reclamarle el
pago de salarios por toda la información que nos ha venido robando impunemente.
Esta página tiene un promedio de 3.500 visitas diarias. Diez
veces más que la cantidad de ejemplares regalados por Caballero en bares y
comercios de la ciudad. Por eso muchos medios nacionales, regionales y locales;
toman nuestro trabajo citando la fuente, y nos consultan en forma permanente
cada vez que requieren información sobre Quilmes.
El pastor-empresario de eso no sabe. Se ha dedicado a otros
menesteres como amigarse o pelearse con los gobiernos de turno en función de la
cantidad de plata –blanca o negra- que les daban. Esta más preocupado en ver
donde hay una empresa que contamina o provoca el malestar de los vecinos para
conseguir publicidad cara a cambio de silencio.
Y en estos últimos meses de conseguir que el gobierno de
Francisco “Ali Barba” Gutiérrez –a quien apoyó abiertamente hasta hace poco- le
conceda a su fundación el estacionamiento medido de los centros urbanos;
negocio por el que viene utilizando sus métodos casi chantajezcos desde hace
varios gobiernos.
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