En la mañana de éste lunes caminar por el centro comercial de San Francisco Solano fue un verdadero placer. Las veredas estaba despejadas, los vecinos que esperaban para ingresar a los cajeros automáticos podían hacer la cola sin apretujones y los comerciantes miraban asombrados como sus vidrieras lucían.
Es que este lunes los vendedores ambulantes, que normalmente acaparan la totalidad de las veredas de la calle 844, no armaron sus puestos ante el temor de un operativo de Gendarmería, Prefectura y Policía para desalojarlos.
El sábado personal de las fuerzas de seguridad incautó la mercadería y demoró a una veintena de “manteros” que armaban sus puestos en las cercanías de la feria y anunció que impedirían a los ambulantes instalarse en la avenida 844.
Luego del informe que difundiera el noticiero “Telenoche” la semana anterior, el ministerio de Seguridad de la provincia ordenó a las fuerzas federales revisar la extensión de la feria de Solano donde normalmente se venden mercancías robadas, o de destinos ilegales.
La indicación tenía que ver con las denuncias de complicidad entre los “dueños” de la feria y las seccionales policiales de la zona, que brindan amparo a los mafiosos.
Por eso hoy, ante el temor de la presencia de estas fuerzas federales, los “buscas” prefirieron no armar. Saben que ellos no tienen la permisividad de “la Bonaerense”, con la que suelen convivir a diario.
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