Un trabajo de investigación llevado a cabo por el semanario “El Suburbano”reveló que el secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales, Raúl“Ronco” Méndez; es propietario de un condominio valuado en 360 mil dólares en el barrio privado “Nuevo Quilmes” de Don Bosco.
Si bien la información sobre la valiosa propiedad del gremialista se conocía; no se había podido demostrar; pero además la información del semanario aporta otros curiosos datos sobre el millonario sindicalista que preside un gremio de no más de 3 mil afiliados.
Según el trabajo periodístico; Méndez vendió un terreno de los más caros en este country donde pensaba construir su casa; pero lo terminó vendiendo y compró un hemoso condominio. La parcela, efectivamente, fue vendida y Méndez eligió uno de los cuatro ambientes más caros que dan sobre el espejo de agua.
En “Nuevo Quilmes” vive también otro reconocido dirigente del gremio municipal:Walter Di Giusseppe; tal como lo revelara “Quilmes Ahora” hace unos meses atrás.
Di Giusseppe jamás fue empleado municipal, pero gracias a Méndez; logró afiliarse al gremio y a los pocos meses ocupar un cargo de jerarquía en la comisión directiva.
“EL Suburbano” hace una extensa recorrida sobre la vida de Méndez desde que comenzó su tarea gremial con el aval de los funcionarios municipales del Proceso; hasta la actualidad; como así también sobre su increíble crecimiento patrimonial.
Desde un humilde departamento en los monoblok de Carlos Pellegrini y Avenida La Plata en Quilmes Oeste, al condominio de 360 mil dólares en el barrio privado; pasando por inversiones inmobiliarias, cocheras, lujosos automóviles –posee un Mercedes Benz- sus viajes a Europa y sus almuerzos en lujosos restaurantes de Puerto Madero.
También hace referencia a sus problemas con la justicia, recordando el escándalo de los seguros de sepelio por el que fue procesado; hasta las denuncias por los créditos a los afiliados que otorgaba una financiera con intereses usurarios; que llevó al Concejo Deliberante a sancionar una ordenanza poniendo topes a los mismos dado que obligaban a los trabajadores a iniciar un círculo vicioso de financiamiento que los dejaba sin salario.
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