El gobierno de Francisco “Alí Barba” Gutiérrez acaba de anunciar una insólita e inútil medida que le costará a los vecinos de Quilmes varios millones de pesos al año, sin generar el más mínimo beneficio.
El “sobrino oficial”, David Gutiérrez; anunció la incorporación a la planta municipal de 160 “trapitos” para evitar que estos ilegales continúen molestando, agrediendo e insultando a los miles de vecinos que utilizan con todo derecho, el espacio público.
La medida trata de congraciar al gobierno con la clase media de la ciudad que, elección tras elección; viene demostrando el rechazo (y el desprecio) por el “Ali Barba” Gutiérrez.
Según el “sobrino oficial” a partir del lunes próximo en el centro de la ciudad y en las cercanías de los sanatorios Modelo y Quilmes; no habrá más “trapitos” y la Policía podrá sacar a quienes pretendan seguir beneficiándose del espacio público.
A cambio la Municipalidad –es decir los vecinos- le van a pagar un sueldo a estos ilegales para que dejen de ejercer su actividad ilegal.
Cabría preguntarse porque, si la Policía tiene la facultad de retirarlos de la vía pública (posibilidad que siempre ha negado tener) no lo ha hecho antes. ¿O es qué el gobierno municipal era quien permitía esta ilegalidad?.
¿Cuánto tardarán otras personas (o los mismos) en volver a privatizar las callen en su beneficio?.
Con el mismo criterio, mañana “Ali Barbá o el “sobrino oficial” dispondrán contratar con el dinero público, a los cientos de carreros que ilegalmente recogen residuos, maltratan animales, entre otros males menores.
Y porque no, con la misma excusa de la “integración social” el mes que viene Gutiérrez contratará a todos los ladrones y tranzas de drogas en el Municipio para que dejen de robar o vender Paco.
En el año 2000, durante el gobierno de Fernando Geronés; la Municipalidad tuvo una descabellada idea similar: Para sacar a los vendedores ambulantes de la peatonal y la plaza, los contrató como empleados en la subsecretaría de Servicios Públicos.
Los “buscas” no armaron los puestos a la mañana pero sólo por un tiempo. Cuando se dieron cuenta que otros vendedores ocupaban el lugar que ellos habían resignado; volvieron a la calle y renunciaron a la comuna; donde el salario era la mitad del ingreso obtenido en la venta callejera.
Todos los años desde que asumió, “Ali Barba” ha aumentado las tasas municipales, convirtiéndolas en las más caras de toda la región. El 72 por ciento de toda la recaudación municipal se gasta en salarios al personal. Por eso no hay barrido, no se levantan las ramas, el recolector pasa a los saltos y algunos baches se reparan tres o cuatro meses antes de una elección.
Ahora se le suman 160 nuevos contratos. Si las encuestas siguen mostrando que pierden, sumarán a los carreros y tal vez en octubre, para bajar la inseguridad; tomen a los chorros.
Los violadores están previstos para el 2017 si obtiene la reelección
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